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El acné hormonal aparece en respuesta a cambios hormonales, especialmente por el aumento de andrógenos como la testosterona, que hacen que nuestra piel produzca más sebo (aceite que evita que la piel se nos seque).

Es difícil prevenir el acné hormonal con seguridad, ya que los cambios hormonales son algo natural y biológico. Pero sí podemos utilizar algunas técnicas para ayudar a suavizarlo y evitar que empeore:

Es esencial que no pellizquemos, rasguemos ni toquemos manchas, granos o espinillas, pues trasladaremos sus bacterias a otras zonas de nuestra piel, favoreciendo la aparición de cicatrices.

Lo más importante es lavarnos bien y eliminar el exceso de sebo o restos de piel muerta. Para ello, primero nos lavamos bien las manos, no vayamos a traspasar su suciedad a las zonas afectadas de nuestra piel.

La limpieza hay que hacerla dos veces al día, nunca en exceso o nuestra piel se secará y no podrá regenerarse, preferiblemente antes de acostarnos y al levantarnos. También es necesaria después de hacer ejercicio, para retirar el sudor e impurezas que secretamos al practicar deporte.

Para la rutina de higiene hay que usar agua tibia, ni fría ni caliente, y frotar la zona suavemente (sin restregar) con jabones y limpiadores suaves, no comedogénicos y que no nos obstruyan los poros.

Lo más indicado es preguntar a nuestro dermatólogo o farmacéutico cuál es el jabón más adecuado a nuestro tipo de piel, tanto para el cuerpo como para la cara, pero podemos señalar que los productos que contienen acido salicílico están recomendados para afecciones acneicas porque ayudan a eliminar células muertas y a desatascar poros obstruidos; no es recomendable usar productos antiimperfecciones.

Con la piel bien limpia, toca aplicar los productos de tratamiento e hidratación, nunca antes, evitando productos grasos, tanto en cremas hidratantes como fotoprotectores, maquillajes o cualquier otro cosmético que usemos. Tampoco es apropiado usar crema hidratante corporal en el rostro, lo mejor es preguntar al farmacéutico qué producto hidratante es el más recomendado para nuestra piel o nuestra afección cutánea.

Exfoliarnos la piel cada quince días nos ayudará a eliminar células muertas, favorecerá la regeneración celular, mejorará la oxigenación de nuestra piel y le devolverá su suavidad y luminosidad. Pero hay que aplicarlo sin presionar, usando el exfoliante adecuado a nuestro tipo de piel.

Consejos más allá de la higiene

Hacer ejercicio al aire libre y tomar dos litros de agua diarios nos ayudará a eliminar toxinas. Y nada de compartir toallas ni tratamientos cutáneos.

También hay que evitar los ambientes húmedos y aquellos que nos hagan sudar, el estrés, el tabaco y las comidas grasas o azucaradas, como: cerdo, bollería, marisco, alcohol, chocolate, frutos secos o quesos fuertes, entre otros. Si somos propensos al acné corporal, renunciemos a la ropa apretada que pueda irritarnos la piel.

La clave para prevenir, en la medida de lo posible, la aparición del acné hormonal es la constancia y la paciencia. Si adaptamos estos consejos a nuestra rutina diaria es probable que logremos suavizar sus síntomas, pero hay que aceptar el hecho de que el acné hormonal es algo natural, biológico y muy común, que tarda un mínimo de tres meses en sanar.

Cuando aparezcan las primeras señales de acné hormonal, visitemos a nuestro dermatólogo, que sea él quien nos establezca el tratamiento más adecuado para combatirlo.

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